“Escribo como si fuera a salvar la vida de alguien.
Probablemente mi propia vida.”
(Clarice Lispector)
Para no ser etiquetadas las mujeres esquivan todos los días el miedo al desprecio, a la censura y al aniquilamiento y, aun así, terminan siendo definidas como “inestables”, “ansiosas”, ''depresivas, ''dependientes”, ''obsesivas” o, ''inseguras”.
¿Por qué es importante la terapia narrativa feminista?
Atreverse a decir es ejercer un derecho. Cuando una mujer o grupo de mujeres externaliza los problemas que les afectan y entienden que esos problemas están relacionados con lo que dicta para ellas la cultura y la historia social, se produce una transformación. Decir y escribir permite constatar que se está viva, física y psíquicamente y que se puede contarlo.
Estos 14 textos son diálogos íntimos y políticos, diálogos que se niegan a seguir naturalizando la violencia.
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